El día 23 se celebra el día del libro. Vale, pues aunque sólo sea por llevar en algo la contraria, hoy, dos días después yo sigo celebrándolo. Como lo hice el día 20, y cualquier otro día del año.
Todos los días son días del libro.
Como otra mucha gente, no concibo un día sin leer... como no concibo un día sin respirar.
A propósito, como últimamente andamos siempre con lo de que si los libros desaparecerán ante la proliferación de las pantallas, el libro electrónico y todo eso, yo, que utilizo cuanto puedo los medios electrónicos a mi alcance, sigo siendo, al mismo tiempo, un apasionado del libro convencional, por eso os pongo aquí este enlace que os hará sonreir, tal vez pensar.
6 comentarios:
Ese nuevo dispositivo me parece un invento imprescindible.
Besos, Enrique.
¡Me convenció!
Un saludo.
Puede ser útil, pero el olor a librero es insustitible. Y leer, el mejor homenaje al libro, con o sin días. Incluso sin noches.
Abrazo.
Pero... ¿err book sistía ya? ¿Ande se pué compraaaar? que yo sólo conocíaaa liiibro, ¡mándame dios! que cosas hay en tenología del mercao.
Me sumo al libro que se huele, que se toca, el que llevas en la mano y puedes apretar, acariciar. Al que puedes hacer mil preguntas y siempre tiene una respuesta, aquel que se puede meter en la cama contigo y estar a tu lado hasta que morféo se te lleva.
Os propongo un truco:
Se pone en pantalla (del ordenador) el texto que se quiere leer.
Uno se repantiga en su sillón orejero preferido, ratón en la mano derecha, y ya puede empezar a leer.
¿Que cual es la propuesta?. Pues, para no perder esa maravillosa sensación que comenta Elena, en la mano izquierda uno se pone un libro cualquiera, uno de papel, de esos de siempre, y lo va manoseando a medida que lee en la pantalla.
No es lo mismo, pero como ssucedaneo no está mal.
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