DATOS DE LA NOTICIA
Hace muy poco, el arzobispo de Recife (Brasil) un tal José Cardoso Sobrinho ha excomulgado a la madre y los médicos que decidieron el aborto de una niña ¡de nueve años! embarazada de gemelos tras sucesivas violaciones de su padrastro.
El embarazo fue descubierto cuando la menor, de 1,36 metros de altura y 33 kilos de peso, fue ingresada en un hospital por fuertes dolores abdominales y mareos.
El ministro de Sanidad brasileño Gomez Temporâo afirmó: "La ley brasileña es muy clara: la interrupción del embarazo es autorizada en caso de violación. Se trata de una niña que, desde el punto de vista biológico, no creo que tuviese condiciones de llevar hasta el fin la gestación de los gemelos"
El doctor Sergio Cabral, que dirigió el equipo que provocó el aborto afirmó: "Ese embarazo representaba altos riesgos y ponía en peligro la vida de la niña".
El arzobispo llegó a entrevistarse con la madre de la niña para pedirle que no autorizara el aborto y los abogados de la archidiócesis ya estaban preparando un recurso ante la Justicia para suspender la interrupción del embarazo; es decir, que al no poder impedirlo, al obispo le dio una pataleta y aunque el aborto está penado con excomunión automática por las autoridades eclesiásticas, él se resarció haciéndolo público, y afirmó en una entrevista: "No me arrepiento. Lo que hice fue declarar la excomunión. Es mi deber alertar el pueblo, para que tengan temor a las leyes de Dios" (o sea, lo del amor de Dios) Incluso llegó a afirmar que aunque el violador había cometido un "delito hediondo […] más grave es el aborto”
QUEJAS DE OBISPOS MÁS DECENTES
Algunos obispos manifestaron públicamente, aunque con mucha "prudencia", su incomprensión contra esta excomunión, declarando que el principio de "respeto a la vida" al que la Iglesia está vinculada no justificaba "la severidad" de tal decisión.
RATIFICACIONES VATICANAS
Sin embargo, el Vaticano, a través del Presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, Cardenal Giovanni Battista Re, justificó la excomunión ordenada por un arzobispo brasileño, afirmando entre otras cosas:
"Siempre hay que proteger la vida, los ataques a la Iglesia brasileña son injustificados (…) La excomunión de los que provocaron el aborto es justa".
Por otro lado, este mismo cardenal justificó la excomunión el considerar que los gemelos "eran dos personas inocentes que tenían el derecho de vivir".
EL PRESIDENTE DE BRASIL Y EL ARZOBISPO
El Presidente de Brasil, Lula da Silva criticó la decisión del obispo, afirmando:
"Como cristiano y como católico lamento profundamente que un obispo de la Iglesia Católica tenga un comportamiento conservador como ese […] La medicina hizo lo que tenía que hacer, salvar la vida de una niña de 9 años", y en este caso "la medicina está más correcta que la Iglesia".
Sobre estas palabras, el Arzobispo de marras encima se pone chulo y dice: "El presidente debe buscar la asesoría de algún teólogo para hablar con más propiedad sobre el tema".
MIS CONCLUSIONES
¿Para cuándo una separación total y definitiva entre religiones y Estado?
¿No ha quedado claro, después de tantos siglos, que, salvo en individuos rebeldes dentro de su seno, santos y buenos creyentes, y en los actos de ayuda a los necesitados (antiguamente con humillaciones infamantes) la Iglesia católica casi siempre ha estado al lado del poder, la opresión, las dictaduras y los explotadores?
¿No es evidente que las varias iglesias cristianas y de otras confesiones, a lo largo de la Historia, siempre han provocado persecuciones, pérdidas de libertad, guerras, torturas e intolerancia?
¿No ha estado siempre la Iglesia Católica contra la igualdad de la mujer? (el día que ordenen mujeres dejaré de decirlo)
¿Para cuándo el auténtico espíritu evangélico y no la mugre que, durante siglos, el poder eclesial ha echado encima de la sencillez de Cristo?
REMATE
Los actos que generan la excomunión en el mismo acto son los siguientes:
Apostasía, herejía, cisma; profanación y sacrilegio de la eucaristía; violencia física contra el romano pontífice; absolución del sacerdote cómplice contra el sexto mandamiento; consagración episcopal sin mandato pontificio; violación del sigilo sacramental y aborto.
Así que ruego a las autoridades eclesiásticas tengan a bien excomulgarme porque si no he apostatado de la religión en la que fui bautizado ha sido porque no quiero ni molestarme en hacerlo; in pectore soy un auténtico apóstata de la Católica, Apostólica y Romana.
Soy un hereje porque niego los dogmas católicos. Demasiado bien saben teólogos e historiadores cómo se fueron asentando esos dogmas a golpes de conveniencia, acuerdos, inventos históricos, copias de otras religiones, adaptación a culturas gentiles, etc.
También soy cismático porque le niego toda autoridad al poder católico. Ya saben ellos también, aunque lo ocultan siempre, que esa autoridad está basada sobre la ilegitimidad y que todo el montaje de "Tú eres Pedro... y sobre esta piedra..." (Mt. 16,18) ha terminado por ser eso: un montaje.
No he agredido al Papa pero si me pusiera a charlar con él, hablaríamos de preservativos, sida, homosexuales, siglos de historia (aunque pidan perdon de boquilla) derechos de la mujer... y seguramente me darían ganas de propinarle dos guantazos así que la intención es bastante excomulgable.
Y además estoy totalmente a favor de que el aborto, la eutanasia y hasta el suicidio lo decidan los interesados libremente bajo su propia responsabilidad (aunque no me gustaría que nadie tuviese que verse obligado a estos tres extremos) así que...
Hagan el favor de excomulgarme, pero déjennos tranquilos y no se inmiscuyan en la sociedad que quiera ser ajena a sus mandatos.
Diríjanse a los fieles que les quedan en el ámbito que les es propio y olvídense de las demás historias porque, junto a bastante bien (que se lo reconozco) han hecho y hacen tanto daño que son ustedes los que más tienen que callar.
ADENDA
¡Ah! y por mí, los cofrades de la Semana Santa Española que lo deseen se pueden poner el lazo blanco donde les salga del capirote. Con toda la parafernalia que se gastan, un poco más ni se va a ver.
Yo me voy a poner un lazo negro para manifestar que estoy de acuerdo con la vida siempre que no me la intenten controlar los mandamases de religión alguna.