SOBRE ESTE BLOG

AQUÍ ARRIBA HAY UNA SERIE DE SECCIONES QUE PUEDEN INTERESAR. GRACIAS POR VISITARLAS.


2/12/10

PEDANTES, MÁS QUE PEDANTES

"Lo que naturaleza no da, Salamanca no presta" (Foto EGT)



PEDANTES… MAS QUE PEDANTES

Cada vez que me descubro poniéndome pedante, me asusto. Mantengo el tipo y sigo como si fuera broma para disimular el pelo de la dehesa, pero luego siempre me prometo “nunca más pecar”.
He ido al diccionario, ese libro interesantísimo como la mejor novela, que mi padre insistía en que tuviese cerca cuando me ponía a leer —hoy sé por qué—, y he buscado la palabra “pedante”:
Adj. Dicho de una persona: Engreída y que hace inoportuno y vano alarde de erudición, téngala o no en realidad. U. t. c. s.2. m. desus. Maestro que enseñaba a los niños la gramática yendo a las casas.

Curiosa la acepción en desuso del maestro porque iba a pie a las casas, o porque enseñaba a los niños —hijos—, la etimología es confusa. Pero a lo que íbamos: Ciertos sinónimos de la palabreja que son los que me sirven para continuar: redicho, engolado, pomposo, pretencioso, artificioso, o como dicen en algunos países americanos: palangana.

Salvo honrosas excepciones, bastantes poetas actuales se han vuelto pedantes hasta la nausea: Seriedad engolada, impostada palabrería, artificio vacío…
Ocurre sobre todo entre los malos poetas, entre la legión de aficionados de pacotilla y entre los muchos tontos —sean o no poetas— que sigue pensando que el buen humor, la ironía o la distensión son modos de segunda fila literaria.
He dicho sean o no poetas —tampoco se trata de machacar colegas— porque la pedantería en los “asuntos serios” es defecto desgraciadamente asentado en nuestra vida. De la política a la informática, pasando por el periodismo, no se libra ni dios. Da risa la presunción de tener “problemática” y no problema, de “legitimizar” en lugar de legitimar, o linkear en vez de enlazar… ¿seguimos?
La misma risa nos sobreviene cuando leemos poemas que insisten hasta el aburrimiento en “cosmos”, “esencia”, “ansias”, “fulgores”… y aún sin estas palabrejas, se regodean únicamente en dolores, tristezas o gozos propios, en situaciones una y mil veces repetidas como que le deje a uno la persona amada y esté muy triste, o vea los campos de su pueblo y se le alegre la vista.
Recuerdo aquel soneto que Barahona de Soto escribió contra Herrera:
Esplendores, celajes, rigoroso, / selvaje, llama, líquido, candores, / vagueza, faz, pupúrea, Cintia, ardores, / otra vez esplendores, caloroso; // ufanía, apacible, numeroso, / luengo, osadía, afán, verdor, errores, / otra y quinientas veces esplendores, / más esplendores, crespo, glorioso; // cercos, ásperos, albos, encrespado, / espacir, espirar, lustre, fatales, / cambiar, y de esplendor otro poquito; // luces, ebúrneo, nítido, asombrado, / orna, colora, joven, celestiales... /esto quitado, cierto que es bonito.

Estoy defendiendo el buen humor literario, no sé si me explico. La buena literatura, la poesía interesante, puede ser seria o no; su calidad no depende de ello sino de otros parámetros. En todo caso nunca debiera ser aburrida. Insisto en que esto no supone hacer el zángano.
Vale más un soneto burlón de Quevedo que muchos libros “dramáticos” de quienes creyéndose ombligo del mundo son incapaces de tomarse su propio ombligo con cierto distanciamiento.
Además, humor no está reñido con seriedad. Ni mucho menos. Lo divertido es lo contrario de lo aburrido, no de lo serio. Recuerdo ahora a Ángel González, uno de nuestros maestros más recientes: sabía mucho de esto y abrigaba con ironía y buen humor su más seria poesía.

Sería preferible aspirar humildemente a la vecindad de Cervantes, Quevedo, Lope o Baltasar de Alcázar, o a la más cercana de Ángel González y hasta de Gloria Fuertes, que meternos en las aguas pretenciosas de los formales a machamartillo.
No hablo de los auténticos poetas; esos siempre pueden escribir como les venga en gana, aunque a algunos les hubiera venido bien relajarse un poco, como en el caso del “divino” Herrera, que más allá de gran poeta era un sieso. De los actuales ni cuento. Hay legión de personajillos con pose “poética” repitiendo sin cesar su jerigonza, considerándose por eso más sabios y más poetas.
Los magistrales versos de Lope vienen al pelo:

“O sabe naturaleza
más que supo en este tiempo,
o tantos que nacen sabios
es porque lo dicen ellos.”

A lo peor me he puesto pedante.

Enrique Gracia Trinidad

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Pedante no te has puesto. Si acaso, un poco nervioso. Pero es normal. Y no pasa nada, que eres un artista de lo tuyo. Tú ganarás las pequeñas batallas, sin duda.

Un hombre amable.

Laura Caro Pardo dijo...

¿ Dónde se firma, si se está de acuerdo?
La grandeza está en la sencillez.
Un abrazo, Enrique.

La Solateras dijo...

Tu entrada da para mucha polémica, Enrique, y nos podríamos pasar horas con una -o más- copa delante hablando de ello. Yo creo que cada uno escribe en el tono que le pide el cuerpo y no se puede forzar el humor como tampoco se puede forzar el dramatismo. Pero la calidad literaria no depende ni de lo uno ni de lo otro, es otra cosa mucho más sutil.

Y en cuanto a la pedantería, pues no sé. Creo que está en la falta de respeto a lo que escriben los demás, en erigirnos en jueces, en decidir a quién o a quién no le otorgamos el título de poeta.

Yo ya no me atrevo a decir lo que es bueno y lo que es malo. Me pasa como con el vino; que no entiendo de vinos, simplemente unos me enganchan y otros no. Unos me los bebo sin enterarme -y relleno la copa- y otros no puedo con ellos; pero seguramente es que mi paladar no está hecho para según qué exquisiteces.

De tu vino siempre me he emborrachado.

Un abrazo

Enrique Gracia Trinidad (EGT) dijo...

Gracia, amigos, colegas, visitantes, por vuestras opiniones.
¿Nervioso? No, querido "hombre amable", quisquilloso más bien, o cabrito, dirá alguno.
Firmamos juntos donde quieras, Laura.
Y Solateras... Qué buena eres. La pedantería está en muchos más sitios que en eso de faltar el respeto a lo que escriben los demás. No creo haber faltado el respeto a nadie cuando digo lo que digo pues que a nadie me dirijo.
Y sí creo que a estas alturas podemos distinguir lo mejor de lo peor, hasta tú lo haces en el vino por lo que dices. En el artículo (que está publicado en una revista)ya dejo bien claro que no es que haya que forzar el humor; de lo que se trata es de la falta impostación dramática de tantos. Se pueden escribir verdades como puños y cosas muy interesantes, de manera muy dramática y también con un punto de ironía, con algo de distanciamiento. No estoy forzando al humor pero sí lamentando que los poetas tiendan a ser serios sin permitirse casi nunca un punto de ironía.
No generalizo, digo "bastantes" y "algunos".
Y claro que la calidad depende de muchos otros factores, también lo reconozco en el artículo. Si has leído todo, verás que he dicho: "La buena literatura, la poesía interesante, puede ser seria o no; su calidad no depende de ello sino de otros parámetros. En todo caso nunca debiera ser aburrida."
Así que aunque te guste, como a mí, polemizar, estamos de acuerdo.
Ya sé que tú no quieres, pero a mí, a estas alturas no me importa decir lo que vale más o menos en poesía, aún a riesgo de equivocarme. Y eso no es convertirse en juez sino saber un poco del tema. Tú sabes pero no deseas manifestarte en esa línea, perfecto, pero yo, en este artículo me he puesto también pedante y ya está... ¿o es otra cosa lo que me he puesto?
Ay, ay... Ya sabía yo que esto traería cola... y más que traerá.
Un abrazo a todas.

Danilac dijo...

Ay, que buen artículo. Creo que lo voy a copiar en mi blog, mencionando por supuesto la autoría.
A mi personalmente me han menospreciado por hacer poesía con humor, o mejor dicho, humor con un poco de poesía.
Estoy harto de lloricas, la verdad. De sesudos pensadores, de denunciantes, de rotos de amor.
'Charles Chaplin soñaba en color' (Paco Sevilla).
Danilac sueña con Charles Chaplin soñando en color.

Valeriano Franco dijo...

Vale, amigo Enrique, lo que pasa es que para dejar de ser pedante, si se es poeta, o se cree ser poeta, además de divertido hay que ser muy buen poeta, también un tanto cachondo y con capaz de poner, a voluntad, la realidad por montera. Los que pueden construir con esos ladrillos, son los que están, como tú, en lo primeros puestos de la fila. Por eso tú lo tienes fácil, pero ¿y los que están allá en los últimos puestos de la cola? No los maltrates, también pecar divertido, ¿o no?
Un abrazo,
Valeriano

. . dijo...

Cuando veo a un poeta pedante me da la risa, porque no veo un poeta. Veo a un mono recitando a un espejo.

Un abrazo, genio de la lámpara.
Chel

Jesús Arroyo dijo...

Hay pedantes que escriben versos maravillosos, luego "la cagan" al abrir la boquita. Pero ¡ojo! para mantener esa pedantería integra... menudo curro.

El insoportable es el pedante que escribe caquita y hay que soportarle junto al atril, pero de todo hay en la viña del señor y si somos público, con hacer mutis por el foro y llegar a la barra del bar... porque estos si que recitan bien, me refiero a los camareros.

Ahora, amigo Enrique, díme que esto no tiene nada que ver con el artículo. ¡Coña! es verdad, no tiene mucho que ver. Bueno, habrá que tomarse la cervecita y dejar al pedante que peda-ante-de-nada-poder-tomársela.

Un abrazote.

Emilio Porta dijo...

Pues sí, querido Enrique...!y con lo poco que somos,que se nos sopla...y nos caemos!...y no te digo nada si viene un huracán. Es que nos borra del mapa. Y digo yo...tanta vana-gloria...¿para qué?...si ninguno nos vamos a quedar aquí. Ya sabes lo que pienso del tema, así que sólo puedo aplaudirte que lo hayas trasvasado de la revista hasta tu blog.

Hombre, seamos serios y tomémonos un poco a broma. De esta forma, con ironía, a lo mejor no nos sentimos por encima de nadie. Y es que nadie somos, en realidad.

Es lo que a veces hablamos: el "yo" es necesario para crear, vivir, identificarnos, desarrollarnos, incluso relacionarnos...pero el "ego"...ay, qué malito es. Mira...la pedantería la definiría como la sobreactuación del yo de forma rídícula e impertinente. O sea: convertir a la persona en una máscara llena de estúpida vanidad.
Si nos diéramos cuenta que los más grandes siempre son sencillos probablemente no caeríamos en la tentación de demostraciones de superioridad que, en realidad, nos hacen inferiores.

maria cabrera dijo...

PEDANTE aca en argentina tiene un Frase muy asociada bastante común estas al "pedo" por eso hablas. Pero estaS palabrillaS no refleja más que el arte se encuentra aun en los momentos donde uno piensa que estas en la nada cognitivamente.
La elocuencia nada tiene que ver con "los discursos armados" sino con la magnanimidad de las cosas que nos movilizan como esta, el revisar nuestras palabras acciones nuestros dichos y reflexionar sobre ellos, como usted lo ha hecho en esta entrada.
Como siempre es un placer leerlo.
Saludos coordiales desde el otro lado del charco

Mari Carmen Azkona dijo...

A riesgo de resultar pedante, acerco unas palabras de un caballero que nos demuestra que, por desgracia, el problema de Ego destructor seguirá vigente mientras exista el hombre.

“Cuando mis hijos sean mayores, atenienses, castigadlos causándoles las mismas molestias que yo a vosotros, si os parece que se preocupan del dinero o de otra cosa cualquiera antes que de la virtud, y se creen que son algo sin serlo, reprochadles, como yo con vosotros, que no se preocupan de lo necesario y que se creen ser algo sin ser dignos de nada. Si hacéis esto, mis hijos y yo habremos recibido un justo pago de vosotros.”

(Sócrates)

Gracias por molestar Enrique.

Besos y abrazos.

VICTOR VERGARA dijo...

Hola Enrique.
Intervengo porque este es un tema que me apasiona y preocupa desde hace mucho tiempo. Prácticamente cuando tomé conciencia de ello en la etapa de adolescente.
Humildemente creo que quizá se esté hablando de tres asuntos diferentes y que pueden ir o no de la mano: La pedantería, el egocentrismo y la falta de humor. Por ejemplo, se puede gozar de buen humor y al mismo tiempo padecer de gran egocentrismo.

A mi parecer:
- Quizá sea “la inoportunidad” el aspecto más a temer de la PEDANTERÍA. Pero si se me diera elegir entre lo aburrido, por archí conocido, de lo cotidiano plano y el vano alarde de la erudición, me quedaría con lo segundo, por cuanto tiene más posibilidades de contener alguna novedad. Esto es, aún sin hacer una defensa abierta de la pedantería –estaría loco-.

- Cuando entramos en la etapa de la adolescencia nos descubrimos una serie de sentimientos profundos. Y nos parece que somos los únicos que los experimentamos, o al menos de esa forma y con tal intensidad. Y si no llegamos a descubrir que nos rodean otros padeceres igual o más importantes que los nuestros, otros amaneceres y muchísima tornillería infinita del mundo a nuestro alrededor, nos quedaremos para siempre mirándonos el ombligo como adolescentes eternos y EGOCÉNTRICOS.
Y esta visión enlaza con el tercer punto, el del buen humor.

- Si atravesando la adolescencia no conseguimos esa madurez que nos permita observarnos desde fuera y observar hacia afuera, nos quedaremos instalados en el MAL HUMOR -o depresión crónca- de la victima eterna, de la falsa creencia de ser el mayor dolor que existe sobre la superficie de la Tierra. Creo que el acto de suprema inteligencia y madurez consiste en saber que existen motivos, o encontrar los motivos para reírse de uno mismo y de sus propias circunstancias. La ironía con uno mísmo. Pero eso no se le puede pedir que lo haya alcanzado todo el mundo porque eso depende de la velocidad evolutiva de cada uno.


Me parece una entrada muy interesante, Enrique. Y me gusta mucho tu aportación. La veo muy necesaria.
Aprovecho para enviarte un cordial saludo y un abrazo.

Marisu dijo...

He leído tu entrada sin que la sonrisa se me fuera de la cara.La verdad es que yo casi no conozco ese mundillo de poetas, solo algún amigo o amiga.Pocos.Y son sencillitos.Sin embargo, todo eso que analizas y cuentas con tanta gracia y desenfado es muy común en el mundo en que vivimos.Pero se escucha como la lluvia que cae hoy en mi tierra desde donde visito tu blog y lo comento:como algo que sucede de modo natural e inevitable, el caso es no enfadarse por ello, simplemente se abre el paraguas o se pone uno/a a cubierto.
Un abrazo galleguiño.
María Jesús.

Ismael Morales dijo...

Este artículo para mí es cierto Enrique.Sabe lo que hago yo con este tipo de versos ? Los utilizo para ampliar vocabulario,por que luego el significado y tanto está uno en eso que luego no reparas qué pretendía decir.Luego tu esas palabras las utilizas como quieres y en el ámbito que quieras.Sí es verdad que uno cuando escribe utiliza un vocabulario que incluso aunque no sea muy significativo puede que no utilicemos mucho en el habla cotidiana, pero la literatura es un juego como la música, por lo tanto bueno sea agregar un poco de ingrediente "culto" pero todo tiene una medida equilibrada y amena como la tortilla de patatas pues todos sabemos los ingredientes pero hay qué saber el punto correcto de cada uno de ellos y la elaboración adecuada.

Ismael Morales dijo...

Has visto como yo no soy nada pedante? Lo importante es la humildad muchas veces y si eres interesante y humilde dos veces bueno.Eso se ve en la calle pues a uno le gusta juntarse con gente que no te mira por encima del hombro o parece que mira por encima del hombro, pues si alguien que no conozco me habla de esta forma tan ampulosa ( como en los versos) o se está quedado conmigo o me toca por un sabio y lo segundo no va a ser.Por lo tanto por lo que a mi respecta jeringonzs y petulancias las justas porque está bien aprender vocabulario con los escritores pero a cambio de que no interfieran mucho en la historia, en lo que tratan de explicar.Por lo tanto me aplico también la frase de Terencio( y espero no ser pedante con ello) Soy humano y nada de lo humano me es ajeno.Y así que acepto los errores: Los errores del comentario anterior como hay qué
( acentuado ) y algunos más pero pero es que a veces me gusta ser humildemente pedante.

Duna dijo...

Me he reído mucho leyéndote.
No sé si soy poeta, no sé si soy pedante, pero lo que sé es que trato ser yo. Si esto que digo resulta aburrido, o repetitivo, pues no lo sé tampoco. Yo , si de algo estoy segura, es que no voy fardando da nada, y tal como está el panorama, eso ya es mucho.
Siempre me quedará mucho por aprender (y tú lo sabes), y mucho por descubrir, por tanto , no me tengo por nada.
¿Quiere esto decír que no soy pedante?
Mira que me has dejado preocupada...jajajaja
Muchos besos Enrique.