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12/2/08

Traducción de poemas de Enrique Gracia al italiano

Queridos amigos, acaban de traducir una pequeña selección de poemas míos al italiano.
Esto es algo que no ocurre todos los días, así que me permito anunciarlo.
(Como suelo decir: omnia vanitas)
Es en
el número 9 de
(rivista d'immagini, idee e Poesia)
PINCHANDO AQUÍ SE VA DIRECTAMENTE:
Aparece una reseña, por cuenta del joven poeta y estudioso
Pablo Luque
Traducción al italiano de Gloria Bazzocchi
Aunque los poemas aparecen en castellano e italiano, el texto de introducción de Pablo Luque aparece sólo en italiano, por eso os lo pongo aquí en el original castellano.

Dejo aquí mi agradecimiento a Pablo Luque por su amistad e interés por mi trabajo poético y a Gloria Bazzocchi por sus excelentes traducciones.

E N R I Q U E G R A C I A T R I N I D A D (1 9 5 0) por Pablo Luque

“La poesía sería sublime si los poetas no nos empeñásemos en escribirla. ” [1]
(Enrique Gracia Trinidad)

Nacido en Madrid en 1950, es autor de una obra poética extensa, que ha crecido en paralelo a su actividad profesional en el ámbito cultural como conferenciante, rapsoda, actor de voz, profesor de talleres literarios, coordinador de certámenes y colaborador en distintos medios de comunicación. Debido a esta implicación laboral y literaria, es autor de numerosos artículos, biografías, guiones para actos culturales, textos para catálogos y conferencias. Dirige el ciclo de recitales “Poetas en vivo” de la Obra Social de Caja Madrid en la Biblioteca Nacional Española, que se viene celebrando desde 1996 ininterrumpidamente. Ha compilado los autores de estas lecturas hasta 2001 en una antología homónima. Asimismo, preparó junto a Xu Zonghui la antología bilingüe español-chino de poemas de la China medieval, Cantos de amor y de ausencia (2002). Es autor de los libros de poemas Encuentros (1973), Canto del último profeta (con adaptación musical en el disco Abolición, 1978; plaqueta no venal, 1988), Crónicas del Laberinto (1992), A quemarropa (1993), Restos de Almanaque (1994), Tiempo de Apocalipsis (en Contrafábula. Poesía 1973-2004, 2004), Historias para tiempos raros (1995), La pintura de Xu-Zonghui (1995), Siempre tiempo (1997), Contrafábula. Poesía 1973-2004 (2004), Todo es papel (2002), Juego de Damas (no venal, 2005), Sin noticias de Gato de Ursaria (2005). También, en colaboración con otros autores y artistas plásticos, es responsable, entre otros, de los títulos Agenda de Mozart (2006) y Madrid, otra mirada (2007). Recientemente, Enrique Viloria compiló la antología de su obra La poética del Vértigo (2007). En la página Web del autor, http://www.enriquegracia.net/, puede consultarse información detallada de su actividad literaria.
Su trabajo ha sido reconocido con numerosos premios de carácter nacional, entre los que destacan el Feria del Libro de Madrid, el Blas de Otero, el Bahía, el Juan Alcaide o el Emilio Alarcós, por solo citar algunos; siendo éste el medio que ha elegido para publicar la gran mayoría de sus poemarios.
La atención prioritaria de su poesía se dirige hacia todas las cuestiones humanas, siempre de una forma cruda y directa. Con vocación de testigo, sin merodeos, EGT se enfrenta con los asuntos de carácter vital a quemarropa, haciendo suyo el célebre verso de Terencio. De esta forma, su poesía nos arrastra por el fango de la vida/escritura, que si nos interesa es porque nos mancha, y nos lleva a empujones hasta el lugar de nuestros desasosiegos e incertidumbres, con una ternura y cercanía que acaban siempre por atraparnos y hacernos cómplices. La dualidad entre desencanto y esperanza recorre su obra, en la que el amor es a menudo el desengaño de la experiencia amorosa, pero también un centro de atención permanente; Dios, un exiliado de lujo, al que se le considera distante, lejos, pero que, aún así, parece desearse cercano, e incluso se le invita a sentarse a un lado; la soledad, una constante, pero también un inagotable caudal de inspiración; la cotidianidad, un motivo de fastidio y regocijo; la tristeza, la protagonista indiscutible de sus poemas, a menudo tratada, no obstante, como un trampolín desde el que tomar impulso para zambullirse de lleno en la vida; y, el tiempo, una inclemencia, algo tan raro como permanente y certero. Por último, la escritura, una mirada acerca del hombre y su realidad, un gesto de amor, una acción, sobre la que, sin embargo, se reflexiona mucho en un libro entero, Todo es papel, en el que encontramos buenos ejemplos de metapoesía. En definitiva, como dice José Pulido, «la poesía de Enrique Gracia Trinidad, tiene un valor intrínseco, es como un aguacero o una fruta. Chisporrotea, crepita, endulza, acuña amarguras y dulzuras, después que ha logrado fluir desde el hombre»[2], y añade: «esa poesía lo tiene todo. Si fuera una vacuna nos salvaría de la desesperación, desesperándonos. Si fuera una música nos rompería los tímpanos tiernamente. Si fuera una oración, llegaríamos a conversar con lo sublime y obtendríamos respuestas universales en el centro de una plaza municipal. Si fuera un aliento estaríamos amándonos.»[3]
Estos intereses, tan humanos como dispares, están servidos con una solvencia técnica apabullante. Así, nuestro autor se presenta como un maestro en el uso del metro italiano, pero también del verso compuesto y el poema en prosa. No en vano, EGT es un conocido profesor de talleres literarios en los que se han formado algunos buenos poetas de las nuevas generaciones. Su estilo es narrativo, con un lenguaje deliberadamente conversacional y coloquial, sin menoscabo del juego metafórico y el impulso lírico. En sus poemas es frecuente hallar personajes que desarrollan una trama, sobre cuyo itinerario se despliega el asunto poético. También se sirve a menudo del humor, la ironía, la sátira, a lo que suma una decidida vocación por la poesía oral de aliento recitativo. Así, nuestro autor ha conseguido urdir una voz de extraordinaria originalidad, desusada en el ámbito de la poesía española, que, como ya se ha dicho, consigue provocar al ser leída o escuchada alguna forma de reacción emocional, de pavor, de ternura, de conmoción en suma.
Por lo demás, esta escritura, de influencias numerosas y diversas, nos recuerda en no pocos aspectos a buena parte de la poesía norteamericana de la segunda mitad del siglo pasado. No en vano, el autor ha declarado en más de una ocasión su admiración por Walt Witman, padre literario de mucha de la lírica estadounidense de ese periodo, de la que aprecia sobre todo la obra de Lawrence Ferlinghetti. Pero donde más reconocemos a EGT es en la tradición satírica y oral de los clásicos españoles. En el primero de los casos, el autor ha expresado a menudo su filiación con los grandes cultivadores de la ironía desde el Arcipreste de Hita hasta los escritores del siglo de Oro. En el segundo, su poesía se entronca con una larga tradición de poetas rapsodas, entre cuyos integrantes se encuentra el zamorano León Felipe, por el que sintió un gran interés a finales de los años sesenta tras la lectura de su Antología rota. También ha confesado el influjo que sobre su trabajo han ejercido los versos de Pablo Neruda, César Vallejo, Miguel Hernández, Blas de Otero y Jaime Gil de Biedma, entre otros.
En definitiva, nos encontramos ante una poesía sobre la que su maestro Juan Ruiz asevera que si tuviera que definirla «no diría “ternura”, no diría “ingenio”, no diría “desgarro”, no diría “humor”, aunque todas ellas convienen a la obra del madrileño. Elegiría “riesgo, originalidad” y”ternura”.»[4] Una originalidad, riesgo, cercanía con el lector, lenguaje cotidiano y profundo sentido humano, que emplazan la obra de EGT, en plena efervescencia creadora a sus cincuenta y ocho años, en un lugar destacado del actual momento poético español.


NOTAS:

[1] Enrique Gracia Trinidad, Enrique Gracia Trinidad, Aforismos y frases, [en línea]: en enriquegracia.net <http://www.enriquegracia.net/
[2] José Pulido. A manera de prólogo. La poesía es tiempo de gracia. En La poética del vértigo, Sevilla, Jirones de Azul, 2007, p. 15.
[3] Op.cit., p. 16.
[4] Juan Ruiz Torres. Desgarro y ternura del poeta Enrique Gracia Trinidad. En la publicación «Ediciones Blancas», nº 47, Madrid, Asociación Prometeo de Poesía, no venal, 2006, p. 5.

El texto en italiano y los poemas en español e italiano, en:
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