Entre 30 y 40 países de nuestro planeta están en este momento en guerra.
Ninguna de ellas justa, porque no existen guerras justas: siempre mueren o sufren inocentes.
Los auténticos culpables, los interesados en que existan guerras porque son su negocio o esperan sacar algún beneficio, no se reúnen en un estadio de fútbol a darse de guantazos entre ellos para dirimir diferencias, sino que esgrimen razones y azuzan a los de a pie para que se maten por unos intereses que les son casi siempre ajenos, aunque el lavado de cerebro les diga lo contrario.
Ayer mismo, Israel ha atacado brutalmente en Gaza, dejando, por el momento, más de 200 muertos y muchísimos más heridos. Hamas contraatacará sembrando la muerte en Israel, Israel seguirá atacando... y así sucesivamente: unos, otros, unos, otros... como lo fue antes, sin descanso, sin sensatez, sin un átomo de cordura.
Todos esgrimen su razón pero hace mucho que la perdieron —si alguna vez la tuvieron— y no la van a tener más por matar o morir más.
Yo no voy a tomar partido más que por los que sufren, los pobres, los sencillos, los que lo pasan mal, sean palestinos, judíos, cristianos, musulmanes, animistas, ateos, blancos, negros, morenos o lo que sean.
La diferencia de muertos es cuestión de ser más poderoso (más bestia) pero no más bárbaro, porque la barbarie está en provocar la muerte, sea a uno o sea a cien. La barbarie está en firmar desde un despacho las órdenes que llevarán la muerte y la desolación a miles de kilómetros. La barbarie está en vender armas a unos y a otros. La barbarie está en esgrimir la razón, esa que ya perdieron todos hace tanto tiempo.
Hay guerras mediáticas y guerras de las que no se acuerda nadie, guerras solapadas y guerras abiertas. Buena, ninguna; justas, ni de broma; santas, ¡a quién se le ocurre!
Sólo se puede tomar partido por la paz, sólo se puede argumentar a favor del acuerdo que lleve al fin de los conflictos.
Creo distinguir entre lo mejor y lo peor, sé, a veces, dónde están mis preferencias, tengo algunas ideas... pero no las esgrimiré aquí. Ahora sólo quiero denunciar la barbarie de todos, condenar los asesinatos sueltos y las matanzas en grupo, los deseos de exterminio, la venganza sistemática. Y repudiar a los que los alientan y los provocan, lleven corbata, taqiya, kipá, hatta o taparrabos.
Que nadie me venda su ideología, ya tengo bastante con cuidar de mis pensamientos y no traicionarme a mí mismo dejándome llevar por mis impulsos más primarios.
Os pongo a continuación un poema que hice en su día, con motivo de un atentado terrorista en Madrid. Apareció en una antología. Para mí, sigue vigente.
NO
No hay bandera que valga un sólo muerto.
No hay fe que se sujete con el crimen.
No hay dios que se merezca un sacrificio.
No hay patria que se gane con mentiras.
No hay futuro que viva sobre el miedo.
No hay tradición que ampare la ignominia.
No hay honor que se lave con la sangre.
No hay razón que requiera la miseria.
No hay paz que se alimente de venganza.
No hay progreso que exija la injusticia.
No hay voz que justifique una mordaza.
No hay justicia que llegue de una herida.
No hay libertad que nazca en la vergüenza.
Enrique Gracia Trinidad
2 comentarios:
Suscribo todo lo que dices. No se puede ser más claro, ni mas justo...dada la información que tenemos,que siempre es parcial. Ni Irak. Ni Palestina. Ni Afganistán. Ni Colombia. Ni Africa Central. Ni Operaciones Furía del Desierto. Ni Operación Plomo Duro...(!qué horror!)...Mientras tanto recemos cada uno a nuestros estúpidos dioses para ver cual consigue la supremacía y a quien el Hombre rinde mayor gloria y honor. Y de paso, le da su sangre y su vida llevándose por delante la de otros, como mandan las antiguas doctrinas primitivas de todas las religiones del Libro. Recemos a Dios, Yahvé o Alá, que son el mismo y nada a la vez. No hay como luchar y morir por los dioses. De esta forma la pobre Humanidad justifica todos los abusos, crímenes, guerras...y la terrible ignorancia en que todavía está sumida. En un mundo que crea ritos como el culto a la Santa Muerte (¿conoceís ese tema, su figura, y su práctica por los sicarios y los delincuentes y los más miserables de México?) supongo que nos quedan aún muchos siglos de desesperanza y de oscuridad. En fin, pasó la Edad Media en Europa y Occidente. Pasaron las Cruzadas. Y la Inquisición...las torturas generalizadas(aún quedan)...pasó el exterminio nazi, la caza y compra-venta de esclavos, las matanzas japonesas en el norte de China, las deflagraciones y la destrucción de Hiroshima y Nagasaki...pasaron Guernika, Belchite...pasó Chile...todo pasó...es cuestión de tiempo. Mientras, sigamos con las banderas, los cohetes Kazan, los bombardeos de respuesta...y los paraísos, y los martirios, los gritos, los ataques, las intifadas, las bombas...y todo tipo de justificaciones a la lucha y la brutalidad. Sigamos apoyando las causas y los combates. Al fin y al cabo, parece que no hay sitio para todos. Bueno, siempre queda la Otra Vida. Seguramente allí (?) hay mucho espacio. Alá o Dios...u Odin, vaya usted a saber, necesitan,siempre lo necesitaron, adoradores y victimas. Mientras, fundamentalistas ilustres como Bush o Bin Laden siguen vivos...sonriendo y lanzando mensajes que continuarán - y justificarán - la destrucción de inocentes.
E. Porta
EL LADO OSCURO
"¡Claro que tenemos un lado oscuro!. Matamos por capricho, ¿no es cierto?. Quemamos gente en el nombre de dios. Nos destruimos a nosotros mismos; aniquilamos la vida en este planeta; destruimos la tiera. Y luego nos ponemos un hábito y el Señor nos habla directamente. ¿Y qué nos dice el Señor?. Nos dice que si no nos portamos bien nos va a castigar. El Señor lleva siglos amenazándonos sin que las cosas cambien. Y no porque exista el mal, sino porque el ser humano es estúpido.
El hombre si que tiene un lado oscuro, que se llama estupidez".
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